Búho chico

El búho chico o lechuzo (Asio otus canariensis), como se acostumbra a llamarlo en la cumbre, es un ave rapaz de mediano tamaño y de hábitos nocturnos presente en todas las islas. Considerada como subespecie endémica de Canarias tiene un valor incalculable e incuestionable. Se distingue fácilmente de la lechuza (Tyto alba) por tener "orejas", que en realidad solo son penachos de plumas que no tienen relación con los órganos del oído.

Lechuzo descansando sobre un sao (Salix canariensis) en el barranco de La Majada.
Relativamente frecuente en Gran Canaria, vive en todos los ecosistemas y en la actualidad está principalmente ligado a zonas boscosas, próximas a cultivos, donde abundan ratas y ratones que conforman la base de su alimentación. Puntualmente come conejos, musarañas, pequeñas aves, murciélagos e insectos. Juega un papel importante en el control de las poblaciones de mamíferos introducidos (principalmente sobre ratas y ratones) así que es un gran aliado para la gente del campo. Durante el día descansa en la copa de los árboles, donde digiere el alimento y expulsa las egagrópilas, bolas de pelo, hueso y todo tipo de restos que su estómago no es capaz de asimilar. Al caer la noche, y después de emitir algunos reclamos, empieza la caza aprovechándose de su gran sentido de la vista, sus oídos y el diseño de sus alas, sigilosas para no alertar a sus víctimas.

Generalmente cría entre finales de invierno y primavera en refugios a ras de suelo o pequeñas repisas, donde pone entre 3 y 5 huevos que incuba la hembra. Luego, a lo largo de varias semanas los pollos ululan incesantemente reclamando presas a sus padres, primero desde el nido y más tarde desde los alrededores del mismo.

En Artenara podemos oírlo en algunos barrancos y es fácil verlo volar en cualquier punto durante la noche buscando que comer. Un tesoro más que conocer, valorar y respetar.

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